Vera la pionera
- Luis José Mata
- 12 mar 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 17 mar 2021
Un día cuando tenía apenas quince años Vera se levantó temprano para ir a la escuela donde estaba terminando su educación pre universitaria. Era un lugar hermoso cerca del mar. Decidió ver como las olas golpeaban las piedras al final del lado izquierdo de la bahía, en lugar de entrar al recinto donde estaba su escuela. Cerca de la escuela también rompían las olas como una explosión de agua. Pensó ¿qué debería hacer para evitar que las olas más fuertes, en el futuro, destruyan la escuela? ¿Cómo lo debo hacer? Entonces, se le ocurrió entrar a la biblioteca y comenzó a ojear las páginas de un libro publicado fuera de su país, titulado “El Cambio Climático es una crisis”. Inmediatamente pensó ¿porque es una crisis? Era la primera vez que había visto la palabra “Cambio Climático”. Continuó ojeando las páginas y en una de ellas encontró un aparte que hablaba del aumento del nivel del mar y el incremento de las marejadas. No lo pensó mucho y se dijo: «entraré a la universidad a estudiar algo sobre eso». Por supuesto, a una universidad donde no tuviera que pagar por matricularse.
En pocos meses viajó a un bello lugar caribeño con una excelente universidad. En pocos años se convirtió en una especialista en climatología tropical. Mientras estudiaba, había comenzado a contactar organizaciones internacionales dedicadas al tema “Cambio Climático”. Envió cartas a las personas de esas organizaciones que estaban interesadas en promover el tema en países como el de ella. Preguntándoles cómo conocer los daños potenciales que producirían los cambios del clima. En especial los cambios extremos. Todo eso era necesario divulgarlo rápidamente. Les escribió con atrevimiento. Los invitaba a hablar con los líderes de su país, incluyendo el presidente y sus ministros. Cuando el líder principal de la organización leyó la carta de Vera, no tardó ni un minuto en responder. Su respuesta comenzaba diciendo “A qué hora y día quiere que esté en su país”. Vera, por supuesto, al recibir la carta del director jefe de la comisión de las Naciones Unidas relacionada al tema Cambio Climático, se alegró de ver un ¡sí!, en la respuesta. Debo decir que eso fue alrededor del año 1990. Comenzó a intercambiar palabras con personas en el Ministerio del Ambiente que pudieran ayudar a organizar la reunión. Después de un extraordinario esfuerzo logró fijar el día y la hora. La reunión se dio. Los representantes internacionales llegaron. Presentaron los detalles y las medidas que se deberían hacer. Esas medidas que ayudarían a resolver la crisis que implicaba los cambios del clima. Por supuesto, era la primera vez que el presidente y algunos de sus ministros oían la palabra cambio climático o calentamiento global. Normalmente el “calentamiento” era el de la política. No pasó nada interesante en los meses venideros. Pero un día, el Ministro del Ambiente llamó a Vera y le preguntó: ¿Quieres ir a Ginebra a representar al país? En verdad ella se sorprendió, porque lo que quería era que el tema “cambio climático” fuese del conocimiento general, para ayudar a resolver la crisis. Deseaba que su escuela siguiera allí donde el mar la acariciara y no la destruyera. Pero aceptó. Pensó que desde Ginebra podía promover muchas cosas, por ejemplo, incluir profesionales expertos para que trabajaran en el tema y conseguir financiamiento internacional para promover medidas de mitigación y adaptación. Así lo hizo, con constancia y perseverancia. Se convirtió en una pionera del tema de cambio climático en su país. Ahora Vera —a ella le gustaba su apodo— ve con satisfacción que personas jovenes como Greta Thumber, tal como ella lo hizo en el siglo pasado, continuaban luchando por encontrar soluciones ante la crisis generada por el cambio climático.
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